SAC-A era un satélite pequeño (68 kg de peso) que sirvió como experiencia para probar sistemas ópticos, de energía, de navegación y de guiado de control. Transportado por el transbordador Endeavour, en la misión STS-88 en diciembre de 1998, llegó a exceder su vida útil de 8 meses sin presentar problemas técnicos. El satélite se quemó al entrar en la atmósfera en octubre de 1999, habiendo transmitido de manera correcta datos e imágenes.