La relación histórica entre los asentamientos fenicios de la desembocadura del río Vélez se inicia con un núcleo primigenio de hábitat que se corresponde con el yacimiento de Toscanos, que arranca del siglo VIII a.n.e. y se extiende progresivamente por el Cerro del Peñón y Cerro Alarcón; incluso en un momento de máxima expansión estos tres yacimientos se unieron en un mismo recinto fortificado.