WorldCom ha sido una empresa muy importante de telecomunicaciones localizada en Estados Unidos, que en julio de 2002 se declaró en quiebra. Que ésta no haya ocurrido antes, fue gracias a los prestamistas que lo mantenían a flote. Entre ellos estaban J.P. Morgan Chase, Citigroup y General Electric. A la hora de presentar la quiebra, WorldCom debía 75 millones de dólares en intereses vencidos, y consiguió una línea de crédito de hasta 2.000 millones de dólares de un consorcio de prestamistas.