El 5 de septiembre de 2005, el vuelo 91 de Mandala Airlines se estrelló en una zona residencial densamente poblada a los pocos segundos de su despegue desde el Aeropuerto Internacional Polonia en Medan, Indonesia. Docenas de casas y coches fueron destruidos, y se informó que al menos 39 personas perecieron en el aterrizaje forzoso. Posteriormente se informó que al menos 16 personas sobrevivieron al accidente, con 104 muertos en el avión, incluyendo 3 bebés.