Los romanos llamaban volumen a una tira de papiro o pergamino que servía de soporte de una escritura que luego se almacenaba en forma de rollo. Las líneas de la escritura, dispuesta en columnas, discurrían en sentido paralelo al lado largo de la tira, desplegándose el rollo en forma horizontal. En el S. IV a.C. los griegos comenzaron a utilizar un formato a 90 grados en forma tal que las líneas discurrían en forma paralela al lado corto de la tira y el rollo se desplegaba en forma vertical.