El virrey (antes visorrey) era el representante personal del rey de España en el Virreinato del Perú: su alter ego, es decir, su otro yo. Como suprema autoridad del virreinato fue el encargado de impartir justicia, administrar el tesoro público y velar por la propagación del catolicismo y la evangelización de los indígenas. Durante la existencia del virreinato del Perú gobernaron cuarenta virreyes.