Ulf de Borresta no fue solo un erilaz (maestro grabador de piedras rúnicas) del siglo XI en Uppland, Suecia, también un próspero vikingo que regresó en tres ocasiones de las incursiones a Inglaterra con beneficios en el tributo denominado danegeld. Se le bautizó con el nombre de la población de origen para facilitar su identificación en la Rundata, una localidad llamada Borresta o Bårresta