El Tribunal de Cuentas de Bélgica es un órgano jurisdiccional administrativo estatal belga, encargado principalmente de juzgar la regularidad de las cuentas públicas, controlar el uso de los fondos públicos, controlar a las empresas estatales, o hasta los organismos privados que gozan de una ayuda del Estado. Tiene la obligación de informar al Parlamento, al Gobierno y a la opinión pública sobre la conformidad de las cuentas.