El Tratado de Windsor se firmó en 1175 en Windsor, Berkshire, entre el rey Enrique II de Inglaterra y el Gran rey de Irlanda, Rory O'Connor. Consistió en un acuerdo territorial firmado durante la expansión normanda de la isla de Irlanda. La totalidad del acuerdo, dejó a Rory con un reino consistente en zonas territoriales en las afueras de Leinster, Meath y Waterford, siempre y cuando pagase tributo a Enrique II, lo cual le permitió establecer su soberanía por todo el territorio.