El Tratado de Perpiñán fue un acuerdo entre los reyes Jaime II de Mallorca y su hermano mayor Pedro III de Aragón al que se llegó el 20 de enero de 1279 y por el que el primero de ellos rendiría homenaje al segundo. Jaime II tendría la obligación de presentarse cada año a las Cortes catalanas; en los territorios del Rosellón y la Cerdaña tendrían vigencia los Usatges y circularía moneda de Barcelona. Además, una vez lograda la paz entre los dos hermanos se firmó un pacto de defensa mutua.