Las tercias reales son un ingreso concedido por la Iglesia a la Corona consistente en dos novenos de los diezmos eclesiásticos recaudados por la misma y que se llegó a convertir en un ingreso habitual de la Corona. En el siglo X comienza a extenderse en Castilla y León el dotar a las Iglesias, de aquellos lugares que se están repoblando, con el derecho de percibir diezmos de los frutos.