Teodoro II Láscaris, fue emperador bizantino de Nicea que aunque no tan capaz como su abuelo o su padre, Teodoro I y Juan III Ducas Vatatzés, respectivamente fue un hábil gobernante, buen soldado, y un hombre de letras, que logró mantener unido el próspero estado oriental de Nicea que le legó su padre. Teodoro II, que ya había sido coronado como coemperador, se convirtió en único gobernante a la muerte de su padre en noviembre de 1254.