La temperatura de sensación es la temperatura que nota un cuerpo humano (o animal) debido a la combinación de la temperatura y la velocidad del viento. Excepto a temperaturas altas, el viento sirve para aumentar la sensación de frío, ya que el viento favorece la evaporación a través de la piel y para ello se necesita calor que roban al cuerpo. El cambio de fase de agua (en el sudor) a vapor requiere que las moléculas alcancen un estado de energía más alto.