Las sopas de rastrojo o, como son conocidas normalmente, sopas de ajo, es un plato típico de la cocina palentina a base de pan, ajo, pimentón y aceite. Se trata de un plato que por su sencillez y aprovechamiento de recursos alimenticios como el pan duro, y sobre todo por su alto aporte calórico, un plato muy popular entre los labradores de la provincia de Palencia en épocas pasadas.