En Australia, los beneficios de la seguridad social se basan en el sistema de impuesto al ingreso. No existe seguro de empleo obligatorio, en cambio, los beneficios se incluyen en el Presupuesto Federal Anual por el Tesoro Nacional y se administran y distribuyen a través de la nación por Centrelink. Las tasas de los beneficios se fijan al Índice de Precios al Consumidor y se ajustan cada dos años de acuerdo con la inflación o la deflación.