El Santuario de la Fuensanta, en Córdoba, fue construido en la segunda mitad del siglo XV, a las afueras de la ciudad, junto al río Guadalquivir, en el lugar donde la tradición sitúa la aparición de la Virgen y del manantial con poderes curativos de donde deriva la denominación para el sitio y la advocación de la imagen de la Fuensanta, objeto de culto desde entonces.