La rebelión tuareg de 2007-2009 comenzó en febrero de 2007 en Níger y Malí. El conflicto se debió a que el proceso de desmovilización e integración de los rebeldes a la vida civil o a las fuerzas armadas de sus respectivos países resultó lento e insatisfactorio y el hecho que algunos políticos tuareg integrados a los gobiernos perdieron sus cargos, terminando algunos en prisión. Entre 2005 y 2006 se iniciaron combates en Malí pero pronto se llegó a un acuerdo de paz.