La Real Casa de Postas, levantada entre las calles de la Paz, Pontejos y Correo de Madrid, fue proyectada en 1795 por el arquitecto Juan Pedro Arnal como complemento a la Real Casa del Correo, en la parte de atrás de dicho edificio. Después se trasladó parte de sus dependencias a la Casa del Correo, quedando como servicio de telégrafos e instalándose en él el Cuartel de Zaragoza.