Fórmula ritual infantil utilizada durante el siglo XX en el noroeste argentino, especialmente en la provincia de Tucumán, en ocasión de la apropiación por sorpresa y/o del arrebato de objetos tales que juguetes, golosinas, útiles escolares etc. efectuados en presencia y con el conocimiento de los damnificados. Según la costumbre infantil, la apropiación quedaba legitimada por el sólo hecho de pronunciar la fórmula sacramental "quilita legal" (también referida como "kilita" legal).