Los quevedos son unas lentes ópticas usadas para compensar las deficiencias del ojo humano que se empleaban en los siglos XV, XVI, XVII. Los quevedos estaban formados por dos cristales redondos unidos por una montura simple de hierro sin patillas que se ajustaban en el tabique nasal y que podían estar sujetas por un lateral a un cordón para impedir su pérdida o rotura. Por su naturaleza, eran objetos de lujo, poco frecuentes y propias de las clases adineradas.