El Puente Pexoa servía de acceso a la ciudad de Corrientes, Argentina a través del antiguo Camino del Rey. Fue el paso obligado entre Corrientes y Empedrado y su fama provenía del uso intensivo. Fue construido en el siglo XVII, en el "Paso de Pexoa" sobre el arroyo Riachuelo. Originariamente construido en hierro, con techo del mismo material y encadenado a orillas del arroyo, sirvió muchos años y sufrió reformas para mejorar su uso.