La plaza de toros de Santa Cruz de Tenerife fue inaugurada en el año 1893 tras la presentación del proyecto por parte de Antonio Pintor y Ocete por encargo de la Sociedad La Tinerfeña. Esta plaza fue construida como consecuencia de la gran acogida que tenía el espectáculo taurino a finales del siglo XIX y para su construcción, se utilizó el recurso de arcos de herradura y almenas almohades. Asimismo, las técnicas constructivas utilizadas eran novedosas al apreciarse formas ágiles y esbeltas.