La piratería en el estrecho de Malaca ha sido desde el siglo XIV una amenaza para los propietarios de embarcaciones y para los marineros que recorren esta vía marítima de 900 km de extensión. Hacia fines del siglo XX, patrullas coordinadas de Indonesia, Malasia, y Singapur, junto con un aumento de la seguridad a bordo de los navios han reducido la piratería en esta zona en gran medida, según lo que informa el International Maritime Bureau (IMB).