La pintura islámica, en comparación con la arquitectura islámica, es una de las ramas artísticas menos desarrolladas. Se utiliza sobre todo como elemento decorativo en las edificaciones, normalmente a través de la escritura, dibujos geométricos o vegetales y, más raramente, mediante la representación figurativa de personas y animales. Pero también destaca la iluminación en los libros sagrados y profanos.