Pierre-Joseph Redouté fue un pintor famoso por sus pinturas de plantas a la acuarela, especialmente de rosas. Se trasladó a París en 1782, protegido por su hermano Antoine-Ferdinand Redouté. Allí conoció a los eminentes botánicos L'Héritier y Desfontaines, quienes le orientaron hacia la ilustración botánica, disciplina que estaba en pleno auge. En 1787 viaja al Real Jardín Botánico de Kew, cerca de Londres, para continuar sus estudios.