San Petronax, Abad de Montecassino, pertenecía a una poderosa familia noble de la región de Nápoles. Movido por el deseo de vida religiosa, decidió gastar toda su hacienda en la restauración de Montecassino, monasterio benedictino situado en la cima del mismo nombre, desde la cual se domina la ciudad italiana de Cassino, situada al noroeste de Nápoles.