San Perfecto fue uno de los mártires cuyo martirio es recordado por San Eulogio en su Memoriale sanctorum. Perfecto nació en Córdoba cuando la región estaba dominada por los moros (durante el califato Omeya). Perfecto fue monje y sacerdote. Sirvió en la basílica de San Acisclo en Córdoba. El cristianismo estaba permitido, aunque sin obtener el reconocimiento. Según la leyenda, en 850, Perfecto fue acusado de blasfemia por dos musulmanes al preguntarle quién era el más grande de los profetas,.