Pedro Cortés y Larraz fue Arzobispo de Guatemala entre los años 1767 y 1779 y obispo de la Diócesis de Tortosa entre 1780 y 1786. Obtuvo un doctorado en España a los 29 años, y posteriormente fue ordenado sacerdote. Trasladado al continente americano, fue consagrado por don Francisco Fabián Fuero en Puebla de los Ángeles y tomó posesión de la diocésis de Guatemala. Apenas instalado, inició los preparativos para visitar el territorio bajo su potestad.