El actual Palacio de Justicia de la ciudad de Valencia fue en su origen la Casa Aduana Real, construida por orden de Carlos III entre 1758 y 1802. Por ella se canalizaba todo el comercio que, proveniente del mar, hacía de Valencia uno de los centros económicos del siglo XVIII. En 1828 se transformó en fábrica de tabacos y en 1914 comenzaron las obras de adaptación para convertirla en la sede del Palacio de Justicia.