Las Olimpiadas obreras fueron una serie de eventos deportivos de carácter fundamentalmente obrero celebrados a principios del siglo XX, entre los años 1925 y 1937. Surgieron como reacción de varias organizaciones de izquierda a las competiciones federadas, que eran desarrolladas por clubes y federaciones, considerados por éstas como sectores muy elitistas de la sociedad.