La normalización lingüística o planificación lingüística es un proceso deliberado para influir sobre el comportamiento de otros con respecto a la adquisición, estructura, o funcionalidad de una lengua. Suele incluir el desarrollo y reacción a situaciones en la que una lengua (generalmente no cultivada) accede a ámbitos de uso lingüístico hasta entonces reservados a otra lengua. Para este proceso es imprescindible una acción de tipo político.