Los nombres propios de origen eslavo provienen de las lenguas eslavas y son populares en los países eslavos, como por ejemplo: Bielorrusia, Bulgaria, la República Checa, Polonia, Rusia, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia y Ucrania. Tienen un carácter habitualmente pacífico o guerrero, su origen es precristiano o medieval, y en general no se refieren directamente a dioses o armas. Tal vez sea así, porque los nombres de dioses eran tabú, así como las palabras que denominaban al armamento.