"Ne partez pas sans moi" ("No os vayáis sin mí") es la canción ganadora del Festival de la Canción de Eurovisión 1988, interpretada por Céline Dion y representando a Suiza, siendo ésta la segunda vez que Suiza ganaba Eurovisión (la primera en 1956 con Lys Assia). También es de momento la última canción ganadora de la historia de Eurovisión interpretada en francés. Fue lanzado como single en Europa el 14 de mayo de 1988.