Santa María de Óvila es un monasterio cisterciense creado en el año 1186 y declarado monumento en 1931. Fue construido primeramente en Murel (actualmente término de Carrascosa de Tajo), varios kilómetros aguas arriba del lugar donde más tarde fue reconstruido en su actual emplazamiento, en el término municipal de Trillo, en Guadalajara, junto al río Tajo. En la actualidad, sus ruinas se encuentran dentro de una finca agrícola privada.