Marción de Sinope, escritor y teólogo griego, fue un heresiarca cristiano del siglo II, fundador de la secta marcionita. Su doctrina se resume en la existencia de dos espíritus supremos, uno bueno y otro malo, y considera al Dios del Antiguo Testamento un inferior de éstos, simple modelador de una materia preexistente. Rechazaba por tanto el Antiguo Testamento, y del Nuevo sólo aceptaba el Evangelio según san Lucas y las epístolas de San Pablo.