El reino de Arabia Saudita es una monarquía teocrática islámica en la que el Islam es la religión oficial, la ley exige que todos los ciudadanos sauditas sean musulmanes. La libertad religiosa es inexistente. El Gobierno no prevé el reconocimiento legal o protección de la libertad de religión, y está muy restringida en la práctica. La práctica pública de las religiones no musulmanas está prohibida.