En la mitología griega el león de Nemea (en griego Λέων της Νεμέας léōn tēs Neméas; en latín Leonem Nemeum) era un despiadado monstruo que vivía en Nemea. Finalmente fue vencido por Heracles. Suele considerársele hijo de Tifón y Equidna o de Ortos y Quimera, aunque también se ha dicho que habría caído desde la luna, como hijo de Zeus y Selene.