León IV, llamado el Jázaro, sucedió a su padre, Constantino V, como emperador del Imperio bizantino en 775. En 776 asoció al trono a su hijo menor Constantino, y reprimió la revuelta dirigida por sus cinco hermanastros que se había desatado a raíz de esta medida. Al igual que su padre y su abuelo, León III, León cosechó importantes éxitos militares contra los árabes y los búlgaros.