La Ley de Estabilización Económica de Urgencia de 2008 (llamado también Plan de rescate financiero de Estados Unidos o Salvataje económico de Estados Unidos) es una ley de carácter intervencionista que autoriza al Secretario del Tesoro estadounidense a gastar 700 mil millones de dólares de dinero público para la compra de activos basura, especialmente títulos respaldados por hipotecas, a los bancos nacionales para salvarlos de la quiebra. La ley fue propuesta por el presidente George W.