La primera y última comunión es un óleo sobre tela de 200 x 250,5 cm, obra de Cristóbal Rojas. La pintura fue realizada en París en 1888 y representa a seis personas en un recinto; una de ellas, una niña, recibe la primera comunión. En su rostro se aprecian síntomas de una enfermedad, que probablemente terminará con su vida. En la composición destaca el uso de luces y sombras, claros y oscuros, y un acabado en cuanto a la realidad impresionante.