"Keine Grenzen-Żadnych granic"- fue la entrada de Polonia en el Festival de Eurovisión 2003, interpretada en alemán, polaco y ruso de Ich Troje. La canción es una balada dramática, en la que los cantantes expresan su deseo de ser astronautas, mirando hacia abajo desde el espacio a la tierra. Además de la belleza del espectáculo, cantan que a partir de esa distancia es imposible ver las fronteras, las banderas y la guerra.