Justiniano I el Grande fue emperador de los romanos desde el 1 de agosto de 527 hasta su muerte, y el último en hablar latín como lengua materna. Es célebre por su reforma y compilación de leyes y por la gran expansión militar que tuvo lugar en Occidente bajo su reinado, sobre todo gracias a las campañas de Belisario. Todo ello formaba parte de un magno proyecto de restauración del Imperio romano (Renovatio imperii romanorum), por el que es recordado como el último emperador romano.