Perteneció al conjunto conventual de la Orden de las Carmelitas Descalzas en la Ciudad de México, el cual fue levantado en el siglo XVII, y conocido originalmente con el nombre de "Convento de San José de las Carmelitas Descalzas". El templo es uno de los mejores y más bellos ejemplos de la arquitectura del barroco novohispano aplicado en los conventos de monjas de la Ciudad de México.