El Hotel de Inmigrantes fue construido en Buenos Aires a principios del siglo XX con el objetivo de recibir, prestar servicios, alojar y distribuir a los miles de inmigrantes que, en ese momento, arribaban a la Argentina procedentes de todo el mundo. El complejo estaba conformado por diversos pabellones destinados al desembarco, colocación, administración, atención médica, servicios, alojamiento y traslado de los inmigrantes. El alojamiento, gratuito, era por cinco días.