El Hotel Internacional fue uno de los edificios que el arquitecto Luis Domenech Montaner construyó para la Exposición Universal de 1888 de Barcelona (España). El hotel era un edificio de 5.000 metros cuadrados que se construyó en el tiempo récord de 53 días. Se concibió como una instalación temporal para acoger a los visitantes de la exposición y se derribó una vez terminado el certamen.