En Rusia, el país más grande del mundo, su geografía de ríos de norte a sur y comercio de este a oeste favoreció el desarrollo del ferrocarril como modo básico de transporte. El tráfico ferroviario en el Imperio ruso (antes de 1917) era débil en comparación con el tamaño del país, pero el auge que experimentó con la Unión Soviética (1917 a 1991) sólo disminuyó después de que ésta desapareciera, siendo la Federación de Rusia su heredero principal.