Las guerras romano-sasánidas fueron una serie de conflictos militares que enfrentaron al Imperio romano (y luego a su heredero, el Imperio romano de Oriente) con el Imperio sasánida entre los siglos III y VII. Las dos potencias más importantes de la Antigüedad tardía en el Mediterráneo y el Próximo Oriente combatieron casi continuamente durante este período, aunque hubo también largos períodos de coexistencia pacífica (sobre todo durante el siglo V).