La Guerra Civil Española (1936-1939) tuvo un desarrollo desigual en las provincias de la actual comunidad autónoma de Castilla y León. Palencia albergaba una guarnición de segundo orden. Los militares sublevados no tuvieron problemas para controlar la capital, a partir de la declaración del estado de guerra el 19 de julio. En la provincia, la mayor resistencia se produjo en las zonas mineras de Barruelo de Santullán y Guardo.