Los Grupos de Acción Revolucionaria Internacionalista (GARI) fueron una serie de grupos autónomos antifranquistas, de ideología antiautoritaria, que se coordinaron para realizar acciones de agitación armada y propaganda tras la autodisolución del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), en Toulouse, a causa de la detención de sus miembros y condena a muerte de uno de ellos, Salvador Puig Antich.