Gary Coleman fue un actor estadounidense. Nació con una enfermedad congénita del riñón causándole nefritis (una destrucción autoinmune del riñón), que detuvo su crecimiento a una edad temprana, llevándolo a desarrollar una estatura pequeña: 1,42 m lo que se convirtió en su característica más distintiva. Coleman tuvo dos trasplantes de riñón, uno en 1973 y otro en 1984, y además requería diálisis constante.